Dice el artículo 66 de la Constitución Española que “Las Cortes Generales representan al pueblo español y están formadas por el Congreso de los Diputados y el Senado”.
He leído hace unos días que el Presidente del Congreso, José Bono, ha propuesto que las sesiones parlamentarias se reduzcan de tres a dos días a la semana (los martes y los miércoles). De esta forma, digo yo, nuestros Diputados disfrutan semanalmente de un largísimo puente: de jueves a lunes.
Por esa jornada laboral tan agotadora cobran de nuestro bolsillo un salario mínimo de 3996 euros y disfrutan además de las siguientes prebendas: un portáti; una PDA valorada en 600 euros y una tarjeta de taxi con un fondo mensual de 250 euros.
Además resulta que el “pueblo español” se aprieta el cinturón y se le exige moderación en los salarios para superar lo que "el pueblo español" llama crisis y mientras El Senado, para dar ejemplo, se gastará dos millones de euros y el Congreso otro millón y medio, para que sus señorías estrenen móvil.
De manera que mientras “el pueblo español” soporta largas jornadas laborales por un suelo paupérrimo y nuestros “representantes” se dedican a disfrutar de su tiempo libre y hablar por teléfono. (El año pasado de los presupuestos generales del Estado pagamos 6,6 millones de euros en esas facturas telefónicas).
Yo, la verdad, no me siento representada.
He leído hace unos días que el Presidente del Congreso, José Bono, ha propuesto que las sesiones parlamentarias se reduzcan de tres a dos días a la semana (los martes y los miércoles). De esta forma, digo yo, nuestros Diputados disfrutan semanalmente de un largísimo puente: de jueves a lunes.
Por esa jornada laboral tan agotadora cobran de nuestro bolsillo un salario mínimo de 3996 euros y disfrutan además de las siguientes prebendas: un portáti; una PDA valorada en 600 euros y una tarjeta de taxi con un fondo mensual de 250 euros.
Además resulta que el “pueblo español” se aprieta el cinturón y se le exige moderación en los salarios para superar lo que "el pueblo español" llama crisis y mientras El Senado, para dar ejemplo, se gastará dos millones de euros y el Congreso otro millón y medio, para que sus señorías estrenen móvil.
De manera que mientras “el pueblo español” soporta largas jornadas laborales por un suelo paupérrimo y nuestros “representantes” se dedican a disfrutar de su tiempo libre y hablar por teléfono. (El año pasado de los presupuestos generales del Estado pagamos 6,6 millones de euros en esas facturas telefónicas).
Yo, la verdad, no me siento representada.
1 comentario:
Estos sinvergüenzas, porque no tienen otro nombre, no representan al pueblo español. Salvo que el pueblo español sean Luis Candelas, Curro Jimenez, El Tempranillo, o el Tragabuches.
a TODOS, lo único que les importa es salir elegidos o estar en la oposición durante cuatro años para llenarse los bolsillos a base de bien.
Se han dado cuenta que el poder es dinero, contactos, privilegios y no dar ni un palo al agua y de ahí no los vamos a quitar ni a tiros. Ya inventarán lo que sea para perpetuarse y seguir mamando de la teta de papa estado.
Su principal valor moral es "Tu haz lo que yo diga, pero no digas lo que yo hago".
Publicar un comentario